El poder de la pasión y la perseverancia

Autora: Angela Duckworth

Introducción

Se suele creer que el talento es algo que distingue a algunos seres humanos del resto. Sin embargo, esto no es así. En Grit. El poder de la pasión y la perseverancia, la psicóloga Angela Duckworth reflexiona sobre el valor del talento en el ámbito de la genialidad. A través de historias reales, demuestra que la perseverancia y la pasión –el “grit” de una persona– son más importantes que el talento. El grit permite realizar logros que parecían imposibles de alcanzar. getAbstract recomienda esta obra a quien busque materializar sus pasiones, incluidos empresarios y líderes que quieran inducir grit en su organización o grupo de trabajo y padres interesados en formar a sus hijos con el hábito del desarrollo diario de grit.

“Grit”

¿Qué es lo que hace que una persona destaque? Sin importar la actividad que realiza, ¿qué tiene de especial un ser humano que sobresale entre todos los demás? No es el talento, es la capacidad de mantener, en el largo plazo, la perseverancia y la pasión ante las metas. Se trata de personas con una gran determinación, que se materializa como fuerza y tenacidad, además, saben exactamente qué es lo que quieren en la vida. Dicho de manera concreta, tienen grit.

Perseverancia

¿Es posible medir la perseverancia y la pasión? Sí. “La Escala del Grit” es un test para evaluar el nivel de grit con que una persona enfrenta la vida, puede tratarse de un deportista, una vendedora, pueden ser estudiantes, empresarios o militares. Gracias a esta prueba es posible comprobar que hay una diferencia considerable entre el potencial de una persona y lo que ésta decide hacer con él.

Talento y esfuerzo

El problema con el talento es que darle demasiada importancia puede ser perjudicial, puede ocasionar que se olviden o se releguen otros factores, como el grit. El talento es algo excepcional, pero por sí solo no sirve de mucho, por eso no debe deslumbrar, no debe opacar al esfuerzo que una persona realiza para lograr sus objetivos.

“Esta combinación de pasión y perseverancia era lo que distinguía a los grandes triunfadores. En otras palabras, tenían grit ””.

Es frecuente vincular una hazaña deportiva, científica o de cualquier tipo con un talento innato, pocas veces se considera el trabajo, la experiencia, el arduo aprendizaje que puede estar detrás. En la vida cotidiana se desarrolla una especie de culto a la perfección, se mitifica al talento y se cierran los ojos ante el esfuerzo que puede estar detrás de éste. Esto permite conformarse con el orden de las cosas, relajarse en la zona de confort.

“Una razón por la que cambiamos es que aprendemos algo que no sabíamos antes””.

Los logros de personas en las mismas condiciones dependen del talento y del esfuerzo. El talento está relacionado con la velocidad con que un individuo desarrolla una habilidad. El esfuerzo contribuye a la generación de habilidades y además hace que éstas produzcan logros. En este sentido, los logros son resultado de aplicar las habilidades, a través del esfuerzo. Sin esfuerzo cualquier habilidad se queda en posibilidad, no se concreta. El talento y el esfuerzo son importantes, de la mezcla de ambos se desarrolla la habilidad, de la misma forma en que de ésta y del esfuerzo surgen los logros.

El grit y las metas

El grit se compone de perseverancia y pasión. La pasión es una especie de brújula que cada persona debe crear, perfeccionar y ajustar para que la guíe hacia donde quiere llegar.

“¿Cómo tratas a los que rinden de maravilla? ¿Cómo reaccionas cuando alguien te decepciona”?

Aquí es importante hablar de metas inferiores, medias y superiores, las primeras son las de corto plazo, son medios que permitirán alcanzar otros fines, y la meta superior es un fin en sí misma, es la brújula que dirige y marca el sentido de las medias e inferiores. Una persona carente de grit o con uno en nivel bajo muestra incoherencias entre sus metas inferiores, medias y la superior; por el contrario, alguien con un grit alto presenta alto nivel de integración entre sus metas.

“El grit consiste en tener la misma meta del nivel superior durante mucho tiempo””.

El grit puede depender de factores hereditarios, pero también de experiencias, aumenta con la edad y cambia según el contexto cultural. El grit se puede desarrollar. Primero hay que ubicar lo que apasiona, lo que interesa de una manera sobresaliente, después hay que observar con atención la situación personal actual, mejorar diariamente los deberes, practicar una habilidad hasta dominarla, con dedicación total a lo que apasiona.

“Es decir, haz lo que te apasiona no es un mal consejo. Pero comprender cómo avivar tu pasión es mejor aún””.

Hay que evitar el perfeccionismo, porque nunca se es lo suficientemente bueno en algo. También es necesario tener claro el propósito de lo que se está haciendo, no solo a nivel personal, hay que distinguir los beneficios que trae para los demás. Finalmente, hay que mantener la esperanza, es ella la que permite levantarse de una derrota, de una mala racha, seguir adelante cuando todo está en contra.

Interés y práctica

Es posible desarrollar el grit desde el interior de la persona, focalizando los diferentes aspectos relacionados con el interés, la práctica, el propósito y la esperanza. El interés y la práctica están íntimamente ligados.

“El interés es una fuente de pasión. Y el propósito —la intención de contribuir al bienestar ajeno— es otra. Las pasiones maduras de las personas con grit dependen de ambas fuentes””.

Las personas que trabajan en actividades que les apasionan sienten una mayor satisfacción que quienes lo hacen en cosas que no les interesan. El rendimiento es mucho mayor cuando el trabajo coincide con sus pasiones. Quizá no muchas personas puedan elegir un trabajo afín con lo que les apasiona pero al menos es posible intentarlo. Hay que considerar que a lo largo de la vida es posible descubrir pasiones insospechadas, que desplazan a las que parecían inamovibles.

“El lenguaje es una manera de cultivar la esperanza””.

No siempre se sabe con certeza la pasión más importante, puede ser un descubrimiento inesperado, un nuevo interés, antes insospechado. ¿Cómo se descubren los intereses propios? Interactuando con el mundo exterior, experimentando, estimulando posibles intereses, avivándolos con mucha práctica y paciencia. La práctica es clave, debe ser intensa y prolongada, centrada en los puntos débiles, en los aspectos que hay que reforzar, basada en la autocrítica. Es necesario practicar y practicar hasta conseguir que la actividad fluya naturalmente, como si se hicieran las cosas automáticamente, sin mayor esfuerzo.

Propósito y esperanza

El propósito vincula a la pasión propia con el bienestar ajeno, permite ver en el trabajo personal una contribución a la sociedad y esto trae mucha motivación. Esto no excluye que pueda haber individuos con un nivel alto de grit que pervierten el propósito, que alardean buscar el bien común cuando buscan todo lo contrario. La esperanza relacionada con el grit no es la de quien espera que el universo o la suerte le traigan un mejor mañana, no.

“Tanto si eres un progenitor, jefe, entrenador como cualquier otro tipo de mentor, te sugiero que durante los dos días siguientes observes el lenguaje que usas para captar las ideas que tus palabras refuerzan en ti y en los demás””.

La esperanza del grit está basada en el esfuerzo propio, porque de él depende que las cosas mejoren. Una esperanza de este tipo parte de la idea de crecimiento constante, pasa por una actitud optimista y genera perseverancia frente a cualquier adversidad.

Contagiar grit

Desarrollar el grit desde el ámbito externo también es posible, puede contagiarse a los demás y, por supuesto, ser adquirido también de ellos. Contagiar grit es complejo, hay muchos factores que intervienen y no es fácil dar recetas al respecto. En la sociedad, los seres humanos crecen rodeados de amigos, de compañeros de escuela y de actividades extraescolares, en cada uno de estos ámbitos desarrollan actividades que implican esfuerzo, pasión y que requieren también perseverancia.

“Y aunque la felicidad y el éxito estén relacionados, no son lo mismo””.

Las actividades extraescolares representan un beneficio excepcional cuando se practican por periodos prolongados, más de un año. De esta manera el niño puede desarrollar su grit con perseverancia a largo plazo. No importa tanto la actividad que se realice, puede ser un deporte, algo artístico, algún taller como carpintería o jardinería, lo que vale es que se haga durante un lapso prolongado de tiempo, durante el cual exista algún avance, logros. Mientras más años dure la práctica de esta actividad, será mejor el desarrollo del grit.

“Acabar todo cuanto empiezas sin excepción es una buena forma de perder oportunidades de empezar otras cosas quizá mejores””.

Algo interesante es que las actividades extraescolares desarrollan el grit de una persona, pero también es válido afirmar que solo los individuos con alto grit son constantes en estas actividades, o que ambas cosas suceden al mismo tiempo. Esto tiene que ver con el desarrollo de la personalidad, porque cuando un adolescente se siente atraído a una actividad, ésta acentúa en él algún rasgo de su personalidad. Esta correspondencia puede lo mismo consolidar círculos viciosos que virtuosos, por eso es un riesgo permitir que un niño abandone una actividad, esto podría fortalecer un vicio, una tendencia a rendirse, o puede reforzar la voluntad, la confianza en sí mismo, el valor de vencer un reto que parecía difícil.

“El grit no lo es todo. Hay muchos otros aspectos que necesitamos para crecer y progresar en la vida. El carácter es plural””.

Si los padres manifiestan mucha pasión y perseverancia en sus actos y si el trato con sus hijos motiva a estos a emularlos, están infundiendo en ellos grit. Es importante considerar que más allá del ámbito familiar, los adultos siguen siendo una influencia importante para niños y jóvenes, hay que tener presente este rol y asumirlo responsablemente.

“A la larga, la pluralidad del carácter hace que no sea importante solamente una virtud””.

Una dinámica adecuada es que cada miembro de la familia practique diariamente alguna actividad que le exija, que represente cierta dificultad, debe mantener esta práctica al menos durante un período determinado (si es un deporte será una temporada, si es un curso de piano un módulo), después podrá cambiarla si no le gustó, y algo muy importante, esta actividad debe ser elegida personalmente, no impuesta por alguien más.

La cultura y el grit

Las diferentes manifestaciones y dinámicas culturales que caracterizan el entorno de vida de una persona influyen y en algunos casos condicionan conductas y pensamientos. Los valores de una época, las normas de una sociedad unen a los individuos, los determinan, y esto influye definitivamente en el desarrollo del grit. El trabajo y el ambiente laboral son un entorno cultural determinante, porque las personas pasan muchas horas diarias en él. Una empresa en la que el entorno manifieste un alto nivel de grit fomentará que cada integrante desarrolle cada vez más el propio. Un líder que detecta que su entorno laboral posee un grit bajo puede encontrar la manera de crear dinámicas que lo estimulen, generar una cultura laboral del grit en su equipo de trabajo.

El poder de un equipo para influir en un individuo y amoldarlo para que forme parte de él opera a favor del grit, o en contra, si la colectividad posee un alto grit el individuo se esforzará también para ser como los demás. No obstante, si se trata de personas con bajo nivel de grit, el nuevo integrante relajará sus esfuerzos hasta mimetizarse con los otros.

El poder de la cultura en la formación de la personalidad es enorme, al paso del tiempo el individuo adopta su entorno cultural, interioriza normas y valores, ajusta su identidad, muchas veces sin pensar. Entender la cultura y la identidad ayuda a comprender el papel del grit en la vida de las personas, así como los vínculos que tiene con la razón y con la tendencia a la adaptación.

Un buen ejemplo de lo anterior es el concepto finlandés “sisu”, que hace referencia a una fuerza interna, que en Finlandia se cree que es herencia de los antepasados y, por tanto, parte de su espíritu. Se trata de una reserva de ferocidad, coraje, tenacidad, algo que los ayuda a seguir adelante en las circunstancias más adversas. Muchos finlandeses creen que es posible desarrollar el sisu a través de actividades como excursiones de scouts. Lo valioso de este caso es cómo un entorno cultural genera en sus integrantes la sensación de que es posible dar un extra, ir más allá, y entonces eso pasa a formar parte de la identidad de los individuos que forman una nación.

A nivel empresarial o deportivo también hay ejemplos de organizaciones que han conseguido generar un ambiente propicio para el desarrollo del grit y lograron instaurar una cultura de lucha que las ha sacado a flote en crisis importantes.

La genialidad no es cuestión de talento

El grit se puede desarrollar de dos maneras: la primera es como un trabajo interior, cultivando los intereses personales, planteando retos, vinculando el esfuerzo con un propósito de bien común, fortaleciendo la esperanza con la práctica diaria. La segunda manera de aumentar el grit es con la ayuda del entorno social, familia, amigos, profesores y colegas.

Además del grit, hay otros aspectos del ser humano que son importantes y necesarios para la vida. El carácter se forma también con las dimensiones interpersonal, intrapersonal e intelectual, que se pueden identificar, respectivamente, con el corazón, la fuerza de voluntad y la mente. Siempre van a existir límites que hay que trascender, la mayor parte de ellos son creados por el mismo individuo. Si después se convence de que es imposible ir más allá y decide enfilarse hacia otro lado, nunca descubrirá qué tan lejos podría haber llegado. La genialidad no es una cuestión de talento, ni un don, ni cuestión de suerte: radica en intentar, en esforzarse todos los días al máximo.

Conclusión

  • Grit es un concepto que se refiere a mantener la perseverancia y pasión. Gracias a él las personas sobresalen y logran el mejor desarrollo de sus habilidades.
  • El talento por sí solo no sirve de mucho; es el esfuerzo de la persona lo que hace que éste se vuelva valioso.
  • Del talento y el esfuerzo se desarrolla la habilidad, y ésta junto con el esfuerzo es responsable de los logros de una persona.
  • El grit orienta a las metas inferiores y medias, les da sentido.
  • Para desarrollar el grit hay que identificar la habilidad que apasiona, practicarla con intensidad y esfuerzo, teniendo muy claro el beneficio que trae para los demás.
  • Desarrollar el grit desde el interior implica integrar pasión e interés, trabajar en lo que apasiona, facilita la inversión de esfuerzo y la consecución de logros.
  • El grit implica una esperanza, pero no es pasiva, es la esperanza de quien se esfuerza con la certeza de que esa labor traerá un mejor mañana.
  • En la vida cotidiana cualquiera puede contagiar grit a su entorno y viceversa.
  • La cultura influye en el nivel de grit de las personas.
  • Es posible desarrollar el grit desde el interior de la persona, desde el conocimiento y cultivo de las pasiones, y también puede desarrollarse desde el exterior, con apoyo de amigos, familia y entorno social.

Sobre el autora

Angela Duckworth es Profesora Distinguida de psicología en la Universidad de Pennsylvania y fundadora de la ONG Character Lab. Ha investigado a fondo la firmeza de carácter y el auto control.