Modifique su forma de trabajar en la era del espíritu emprendedor
Autores: Maynard Webb y Carlye Adler
Introducción
La era industrial terminó. La nueva economía depende del espíritu emprendedor, la creatividad y la innovación. El gurú de la informática Maynard Webb y el escritor sobre temas de negocios Carlye Adler no marcan nuevos rumbos en este corto libro, pero se distinguen de muchos que anuncian una nueva era de oportunidades y no aclaran qué hacer. Sus consejos pueden ser inquietantes, pero son detallados y prácticos. Sus ejemplos, hojas de trabajo y listas de tareas lo obligarán a pensar y planificar. Descubrirá nuevas herramientas para la productividad personal y del equipo; muchas que puede descargar de Internet y usar de inmediato. Sin importar si es estudiante o nuevo en su carrera, si está en una encrucijada o pensando en convertirse en trabajador independiente, arremánguese y métase de lleno. getAbstract recomienda estos consejos realistas como fuente de inspiración práctica.
El viejo mundo, nuevo otra vez
Hace poco más de un siglo, nueve de cada 10 hombres estadounidenses caucásicos trabajaban de forma independiente. Por cientos de años, la mayoría de los trabajadores valoraban su independencia. Todo cambió abruptamente al iniciar el siglo XX, cuando millones de personas se desplazaron a las ciudades para trabajar en fábricas. La insaciable demanda de empleo transformó las naciones avanzadas con economías rurales basadas en la agricultura en sociedades urbanas e industriales casi de la noche a la mañana. Algunos trabajadores buscaban la seguridad de un salario y un horario fijos, pero la mayoría se trasladó porque la industrialización mecanizó la economía agrícola y eliminó gran parte del trabajo manual. Las brutales condiciones en la fábrica –muchas horas, peligros físicos constantes y sueldos bajos– produjeron rotación y descontento, y dolores de cabeza para industriales y autoridades.
“Es diferente para todos, pero la única forma de alcanzar sus metas es establecerlas””.
Los empleados informados previeron el futuro. El creciente poder de los sindicatos y el New Deal presagiaron una mayor competencia por los empleos que surgió con la Segunda Guerra Mundial y caracterizó la experiencia laboral en Estados Unidos en los 50 años que siguieron. Los trabajadores exigían mejores condiciones y garantías; los empleadores crearon compañías paternalistas. Se cumplían las reglas para conseguir estabilidad laboral y ascender a la clase media.
“Hoy día, ya no tenemos que pensar más en términos de una cosa o la otra. Podemos tener una gran familia y una gran vida personal Y una gran carrera””.
Hacia fines de los años 1970, la economía basada en la manufactura dio paso a un entorno financiero dominado por los servicios, la información y el trabajo de oficina: sin embargo, la relación entre empleado y empleador permaneció intacta. Ya sea que uno trabajara en Ford o en IBM, los jefes le decían dónde trabajar, qué hacer y cuál sería el próximo paso en su carrera. La lealtad y la antigüedad determinaban las recompensas. Los empleados promedio podían triunfar; pocos tenían que pensar por su cuenta. El trabajo se convirtió en un entorno cómodo pero sofocante para millones de personas. Los despidos masivos en las recesiones de los años 1970, 1980 y 1990 alteraron ese pacto corporativo. La competencia internacional alimentó la demanda de mejor rendimiento a menor costo y con menos empleados. Las empresas ya no se ocupaba del empleado como antes. Hoy día, Internet permite que las personas de todo el mundo participen en la economía mundial y que trabajen desde cualquier lugar y a cualquier hora. Para triunfar, usted debe destacarse, proponer y manejar su propia carrera. Ya no se recompensan la lealtad y la antigüedad, sino la excelencia.
“Tenemos que enfrentar los serios problemas del mundo laboral y dejar de vivir con miedo al fracaso y al cambio””.
Desde el 2005, más de 10 millones de estadounidenses son independientes, una tendencia que continúa. Entre quienes tienen entre 30 y 50 años de edad, el deseo de trabajar por su cuenta aumentó del 18% en el 2008 al 38% en el 2011. La sed de independencia es aún mayor entre los milenarios. En la Universidad de Stanford, importante semillero de emprendedores, existe hoy una mayor proporción de graduados que tienen la intención de comenzar un proyecto comercial en comparación con los del auge de las puntocom a finales de los años 1990. Una mayor cantidad de empleados está tomando el control de su carrera; hay más trabajadores independientes y un mayor número de ambos trabajan a distancia o de manera virtual.
Recupere su vida
Hace solo aproximadamente una década, uno debía elegir entre una gran carrera y una vida familiar gratificante, entre el éxito económico y la familia. Hasta hace poco, los viajes y las mudanzas frecuentes, las reuniones después del horario laboral, el traslado al trabajo, así como otras exigencias profesionales –especialmente para alguien con deseos de ascender en la jerarquía– consumían la mayor parte de las horas del día. Tan solo en Estados Unidos, hoy se usan dos meses por año para trasladarse al trabajo, una pérdida de más de 3 mil 700 millones de horas y 8 mil 700 millones de litros de gasolina. Y, después de todo eso, se llega a edificios de oficinas que, en su totalidad, representan cerca del 38% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.
“La flexibilidad geográfica va a desempeñar un papel importante en la definición del futuro del trabajo. Ahora tenemos las herramientas y la tecnología para trabajar desde casi cualquier lugar””.
Quizá usted no esté comprometido con su trabajo, al igual que el 53% de los estadounidenses que declaran no estar satisfechos con su empleo. Por su falta de compromiso y por el estrés, pierde dos horas por día y así contribuye a los US$600 mil millones que cuesta el problema nacional de productividad. Y pide licencia por enfermedad –aunque no esté enfermo– lo que representa un costo de aproximadamente US$1.800 al año para su empleador, y contribuye a los US$300 mil millones que pierden en total los empleadores estadounidenses cada año en licencias no planeadas.
Un mundo totalmente nuevo
No tiene por qué ser así. Abundan las herramientas para la productividad laboral y personal; descárguelas gratis o por poco dinero. Trabaje para cualquiera desde cualquier lugar –o inicie un proyecto comercial internacional rápidamente– con una fracción de los recursos que hubiera necesitado hace una década. La libertad solo requiere almacenamiento de datos por unos centavos el gigabyte, acceso inmediato al mercado internacional y una red de contactos económica y confiable.
“¿Por qué tanto los empleados como los empleadores tienen tanto miedo de manejarse en una meritocracia, que los recompensa por lo bien que hayan trabajado, no por cuánto tiempo hayan estado trabajando”?
La revolución de Internet transformó el trabajo de muchas formas. Como trabajador, el cambio más profundo es la liberación plena. Trabaje para su empleador desde su casa todo el día y cene con su familia. Vaya al partido de fútbol de su hija a las 4:00 PM y finalice su trabajo a las 9:00 PM, después de que ella se vaya a dormir. Haga realidad su sueño de visitar todas las canchas de béisbol mientras gana su sueldo. Más de un millón de personas por año ganan un sueldo, o parte de él, en eBay y lo hacen desde donde quieran. Incremente su producción simplemente trabajando durante las horas que ahora pasa sentado en su auto o malgasta chismeando con sus colegas. Si es ambicioso, convierta sus ideas –las mismas que solo hasta hace poco tiempo hubieran requerido años y millones de dólares– en algo que pueda intentar, modificar, abandonar y reintentar en unos meses y sin arriesgarlo todo.
Sepa quién es y en quién quiere convertirse
Como trabajador, probablemente pertenezca a uno de estos cuatro prototipos:
- El hombre o la mujer de empresa
Es leal a su empresa y está comprometido con la carrera que esta planea para usted. Es probable que sea un empleado con alto rendimiento o alto potencial, o ambos. Habla bien de la empresa, se ocupa de sus funciones y felizmente liga su futuro a los devenires de la organización. El hombre o la mujer de empresa se caracteriza por su lealtad y su identificación con la compañía. A pesar de ser honorable, este personaje es obsoleto y es arriesgado adoptarlo. Aun cuando trabaje para una de las 500 mayores empresas según la revista Fortune, es probable que su carrera sobreviva a su empresa. En 1937, cuando tenía mucho sentido ser un hombre o una mujer de empresa, la compañía promedio en el índice Standard & Poor’s 500 duraba 75 años. Hoy, su compañía probablemente desaparecerá en 15 años. La trayectoria más segura requiere independencia, autosuficiencia y excelencia. Puede ser difícil desarrollar estas cualidades si depende de una empresa, deja las decisiones en manos del jefe y se apega constantemente a las reglas. En cambio, aproveche su entusiasmo y tome la iniciativa. Establezca sus metas y planee cómo alcanzarlas. - El empleado desencantado
Se siente menospreciado, desconectado y decepcionado. O bien es un hombre o una mujer de empresa con compromiso cuya compañía no responde con reciprocidad. Depender de la empresa para obtener capacitación, mentores y ascensos le produce una desilusión mayor. Está dejando de ser el hombre o la mujer de empresa para convertirse en el empleado desencantado o ya llegó a ese estadio, donde está gran parte de la fuerza laboral del mundo.
“Tiene que ser consciente de las tendencias y de lo qué está de moda y decidir por usted mismo dónde será usted relevante. Las empresas no lo harán por usted. En este nuevo mundo laboral, se trata de aceptar la responsabilidad y tomar la iniciativa””.
Encuentre una solución. Está en sus manos. Cambie su actitud y dese cuenta de que comprometerse es más responsabilidad suya que de su empleador. La persona promedio permanece menos de dos años en un empleo; así que hay pocas posibilidades de forjar una relación con su gerente. Es probable que él o ella nunca lo guíen ni lo preparen ni reconozcan sus logros ni lo inspiren. Salga de esta situación y asuma el compromiso consciente de ser positivo y actuar. Conecte su trabajo con algo significativo, reconozca el buen trabajo de los demás, destaque los resultados, comparta sus ideas, asuma el cambio, confronte sus debilidades, encuentre sus propias oportunidades para aprender, desarrolle su red de contactos y encuentre un mentor. Evalúe regularmente dónde se encuentra y los avances que realiza.
3.El aspirante a emprendedor
Desea ser un trabajador autónomo e independiente, pero no cuenta con medios o habilidades suficientes o carece de una gran idea. Su sueño es volar con alas propias, comenzar un proyecto comercial y unirse a las filas de los nuevos consentidos de la sociedad, los emprendedores. No es el único. El número de personas de entre 25 y 35 años que comienzan un proyecto de negocios se ha triplicado con respecto a sus padres cuando eran jóvenes. Pero esta ambición no se restringe a la generación Y. El deseo de comenzar y desarrollar algo, o trabajar de manera independiente, es ahora más fuerte que nunca. Aunque tenga que pagar hipoteca o préstamos universitarios y deba mantener a su familia, la libertad de decidir en qué trabajar, para quién y desde dónde continúa siendo una fuerza poderosa y omnipresente a la cual puede recurrir en cualquier momento para cambiar su vida.
“La antigüedad de los empleados se ha acortado de manera sistemática, lo que hace que recibir consejos o ayuda por parte de la empresa sea menos práctico que nunca””.
Desafortunadamente, la mayoría de los nuevos proyectos comerciales e intentos por trabajar de manera independiente fracasan. La perspectiva de comenzar una empresa –o tener que pagar sueldos– es sobrecogedora. Puede ser que carezca de fondos, experiencia, ideas o valentía. No se dé por vencido. Avance paulatina pero metódicamente. Ahorre dinero cada mes y sea frugal, aprenda nuevas habilidades y planifique su carrera, adquiera la experiencia que necesitará para liderar su nuevo proyecto. Antes, asegúrese de solucionar cuestiones básicas como el seguro médico y la jubilación.
4. El director ejecutivo de su propio destino
Ha alcanzado la cima del mundo laboral: planea su propio destino, logra lo que se propone para alcanzar sus metas y depende de usted mismo. No tiene que ser un emprendedor para estar a cargo de su proyecto o disfrutar de los beneficios de la flexibilidad laboral y de otras libertades. Tome las riendas de su futuro, independientemente de que sea un empleado o el presidente de su propia empresa. Encarar un proyecto comercial o convertirse en contratista independiente no es el camino para todos. Además de las pocas probabilidades de triunfar, la responsabilidad de una empresa y llevar adelante solo su proyecto –al menos al principio– podrían disuadirlo de tomar ese rumbo.
“Dicho de manera simple, las empresas no duran lo suficiente para ofrecerle un trabajo de por vida””.
Si es así, encuentre en su organización actual formas de asumir responsabilidad y generar, o incluso lanzar, nuevas ideas y proyectos. Todavía puede hallar el equilibrio que busca, realizar tareas que lo inspiren y lograr la autonomía antes reservada a emprendedores, trabajadores autónomos y artistas.
“Una persona promedio pierde el equivalente a ocho semanas del año en trasladarse al trabajo””.
Si convertirse en emprendedor no es su futuro, no es necesario decidir entre ser un hombre o una mujer de empresa y un empleado desencantado. Tome consciencia de cómo ha cambiado el mundo; evalúe continuamente el mercado y la demanda de bienes, servicios y, especialmente, habilidades. Maneje su aprendizaje y desarrollo; busque tareas y oportunidades que expandan su experiencia y habilidades en la dirección que desea. Adopte la tecnología productiva. Concéntrese en acciones y resultados, aun si la empresa está dos pasos detrás de usted. Con el tiempo, se hallará en un puesto donde lleve la batuta, aunque tenga que abandonar a un empleador reacio por uno que lo valore más.
Su plan para los próximos cinco años
Si contara su vida y sus logros, ¿el público se quedaría deslumbrado ante su éxito o se aburriría con sus hazañas mediocres o se decepcionaría ante la falta de logros? A menos que los deslumbre, tiene trabajo. Mire en lo profundo de su ser y piense con ahínco sobre qué le gustaría contar en cinco años.
“Un nivel incomparable de libertad acarrea un nivel incomparable de responsabilidad. Es estimulante y escalofriante a la vez, pero los verdaderos emprendedores no querrían que fuera de ninguna otra manera””.
Divida su visión para los próximos cinco años en tantas metas concretas y tácticas como sea posible. Tome nota de los obstáculos y cómo planea superarlos. No piense en términos de objetivos laborales versus familiares. Incorpórelos todos en su visión. Encuentre personas con logros similares que lo guíen como mentores y que le enseñen lo necesario. Reconsidere sus metas y evalúe sus avances con regularidad. Haga ajustes según sea necesario para seguir la senda correcta, la senda que usted elija.
Conclusión
- La economía ha cambiado profundamente y el mundo laboral también.
- Trascienda las ideas tradicionales de la dinámica entre empleado y empleador, incluyendo el trasladarse al trabajo, ocupar una oficina, ascender en la jerarquía y jubilarse con un reloj de oro.
- No busque estabilidad laboral: adopte el cambio, actúe y maneje su carrera.
- Reconozca dónde está en el trabajo y en la vida y sepa adónde quiere ir.
- Evalúe su situación y actitud; conozca la forma de pensar a la que aspira.
- El hombre o la mujer de empresa es un trabajador leal que se encuentra íntimamente ligado a los devenires de la empresa.
- Un empleado desencantado no se sentirá comprometido ni contento, además de que puede sentirse menospreciado.
- Los aspirantes a emprendedores desean comenzar sus propios proyectos comerciales, pero el miedo, las finanzas y otros factores frustran sus esfuerzos.
- Cuando es el director ejecutivo de su propio destino, está a cargo de su vida y de su carrera, ya sea como empleado, trabajador independiente o emprendedor.
- Determine su visión para los próximos cinco años, establezca metas que lo lleven hasta allí y que lo impulsen hacia adelante.
Sobre el autor
Maynard Webb es emprendedor, inversor, filántropo y mentor. Carlye Adler escribe sobre temas de negocios; es un galardonado periodista y autor de best sellers.