Acompañamiento individualizado. El necesario apoyo al Emprendimiento

Nadie nace aprendido y nadie hace cosas importantes, con trascendencia social, por su propia cuenta. Como dice el proverbio bantú, para educar a un niño hace falta una tribu Los grandes proyectos, incluso los proyectos de carácter más personal, precisan la concurrencia de otros, su apoyo y contraste. 

Por ello, al emprendedor, hay que apoyarlo. Pero los apoyos que precisa el emprendedor son especiales y específicos. Necesitará apoyo, si lo conectamos con su “línea de vida”, en tres momentos vitales relacionados no sólo con el proyecto que quiera llevar a cabo, sino también relación a su propia “personalidad emprendedora”. Los tres momentos del apoyo que se deberá prestar al emprendedor son los siguientes:

Al comienzo de su Camino: El Camino que va a iniciar el Emprendedor le va a suponer un gran esfuerzo. Por ello, lo primero sería saber si dispone de las “condiciones físicas” necesarias. Es un Camino que va a exigir continuidad y persistencia, eso que se denomina técnicamente resiliencia, capacidad de saber afrontar retos y sobreponerse a las adversidades. La ayuda más importante será el contraste de sus capacidades con algún medio objetivo que lo permita. La ciencia más en vanguardia permite, en estos momentos, realizar este tipo de contrastes con un grado de fiabilidad del cien por cien.

Durante el Camino: Disponer de medios para apoyarse en los sucesivos momentos del transitar del Camino lo hace más llevadero. Y estos medios con fundamentalmente tres: sustentos en el conocimiento, sustentos en el itinerario y sustentos en el apoyo personal. Un Programa realista sobre el Emprendimiento deberá brindar estos apoyos y de manera natural: un itinerario per determinado que de seguridad para emprender el Camino; la mochila necesaria para hacer el Camino, los medios necesarios para hacerlo; y el acompañante idóneo, quien, a modo de un sherpa, va dotando al emprendedor de las herramientas más adecuadas en cada momento de su andar.

Al finalizar el Camino: después del tránsito, tanto personal como profesional, que supone el Camino del Emprender, se llega a la meta final: el proyecto definido para su presentación. Ese proyecto hay que sostenerlo ahora pero también más adelante, hay que proyectarlo a futuro, y ello exige un acompañamiento ya especial, el de aquellos que pueden facilitar los medios económicos y financieros para que cada proyecto, bien concebido, bien trazado y con todo calculado, pueda afrontar los avatares que inciden en cualquier proyecto. El apoyo y contraste en fondos y partners financieros de confianza dotará al proyecto del soporte necesario para garantizar esa continuidad.

En “El Camino de Emprender” hemos considerado todos los factores que afecten a la evolución de un emprendedor/a y de su Proyecto, ya con mayúsculas, concibiendo todo un conjunto de ayudas, herramientas y elementos de acompañamiento para que el caminante del emprendimiento tenga siempre la seguridad de encontrarse asistido. 

El Camino de Emprender, tránsito similar al que hacen los peregrinos en el Camino de Santiago, precisa de una transformación tanto personal como profesional que bien se puede hacer de manera natural, como han hecho muchos emprendedores. Pero no cabe duda alguna que acompañado por expertos en cada uno de los tres momentos referidos, la garantía de éxito se vuelve, sin duda, mucho mayor.