Una óptica donde no hay gente para ver, negocios en la España vaciada.
Gafasvan es una óptica en un pueblo de 1.500 habitantes que se mueve por otros pueblos de la Tierra de campos, “pero sobre todo es un proyecto de vida para mi familia y para mi”, sostiene Daniel Paniagua, fundador de Gafasvan y natural de Mayorga (Valladolid).
Tras 5 años trabajando en Perú como country manager de una multinacional, decidió regresar a su pueblo para montar un negocio cuya idea de la proporcionó su abuelo, a quien la progresiva pérdida de visión le hacía perder siempre en las partidas de cartas con sus amigos.
Surge así la iniciativa de Gafasvan, un emprendimiento rural que consiste en una caravana que recorre pequeñas poblaciones de la zona ofreciendo servicio de revisiones optométricas y auditivas así como a la venta de gafas y audífonos. Se trata de una óptica emplazada en un pueblo de 1500 habitantes que se mueve por otros cinco pueblos de la Tierra de campos.
Para poder prestar servicio en cada una de las localidades a las que se desplaza (una distintas cada día de la semana) aclara Paniagua que ha tenido que pedir los permisos sanitarios y autorizaciones municipales pertinentes para poder operar. Es solo un aviso, no un lamento, porque, por lo demás, este emprendedor rural, óptico-optometrista de formación, está encantado con lo que hace y de haberse desvinculado de la multinacional. “Me conformo con un patio, salir pronto de trabajar para dar un paseo con mi hija y mi mujer, parar a beber una caña con los amigos de toda la vida, salir con la bicicleta…”, cuenta en su blog.
Para poder prestar el servicio de las revisiones auditivas se ha asociado con otro especialista audiólogo que, como él, trabaja bajo el régimen de autónomo. En Mayorga, cuenta también con un negocio más convencional de óptica física.
Este es un claro ejemplo que se puede emprender en el rural, en Galicia disponemos de ayudas, y una oportunidad para atender a nuestros mayores en estos pequeños rincones.
Publicado anteriormente en Emprendedores.es